En la cárcel de San Antonio, en Cochabamba (Bolivia), viven cuatrocientas personas, entre ellas un español: Narcís Pararols. Lleva cuatro años y tres meses en prisión por tráfico de droga. Narcís lleva a los reporteros a su celda para poder hablar sin gente delante. Mientras, les enseña la cárcel, donde en cada rincón hay un negocio, llevado por los propios presos.