3 horas y 20 minutos de trayecto. Es la duración de la última excursión del equipo de Enviado Especial en Turkmenistán. Junto a Dmitry, el traductor que les ha acompañado en este reportaje, están atravesando el desierto de Karakum. Con casi 85 kilómetros cuadrados, es el décimo desierto más grande del mundo y el más importante del país en el que se encuentran. De hecho, el 80% de la extensión de Turkmenistán la ocupa este desierto.

"Estamos yendo a una de las imágenes más espectaculares que se pueden ver en toda Asia Central", anticipa Jalis, emocionado. Dmitry le da la razón. "Sí. Este sitio está en la lista de los 100 lugares más bonitos del mundo... Hay mucho gas aquí en pleno desierto", recalca, como no podía ser de otra manera dado el lugar del que provienen.

Y no es de extrañar que Turkmenistán sea conocido como el régimen del gas. Sus negocios con países como China y Rusia y su riqueza en este material, además de en gasolina, bien lo justifican. Sin embargo, hay algo que consigue elevar este concepto a una imagen, a un símbolo. Y ese símbolo es este lugar: Darwaza, la Puerta del Infierno.

"Es un olor a gas, similar al que hay en las casas antes de encender el fuego", describe Jalis de la Serna antes siquiera de bajarse del coche. Lleva ardiendo más de 50 años. "El cráter tiene 60 x 70 metros. 30 metros de profundidad". El periodista está impresionado. "La verdad es que el sitio llama mucho la atención. Ver aquí, en mitad del desierto, en mitad de la nada, esto ardiendo...". Se está saltando el perímetro de seguridad. Nota el calor.

La temperatura mínima son 60ºC y la máxima casi 600ºC. El cráter se formó en 1971. "Los geólogos rusos buscaron gas aquí en el desierto. Porque hay mucho, pero la tierra se hundió y empezó a salir gas metano". Fueron los mismos geólogos quienes lo encendieron. "Pensaron que en dos o tres semanas desaparecería todo". Y así llevan 52 años. Pero al parecer, no permanecerá mucho más tiempo. El plan del Gobierno es cerrarlo, aunque no hace mucho que el segundo presidente, el padre del actual, lo promocionaba con vídeos montado en un 4x4, conduciendo alrededor del cráter.

"Sí, pero ahora piensan que si sale tanto gas no es ecológico", explica el guía, quien, por su profesión, lamenta esta decisión. "El 100% de mis turistas pregunta por este sitio".

Darwaza lleva ardiendo más de cinco décadas de manera ininterrumpida, emanando gas metano a todas horas. Una auténtica tragedia medioambiental que, sin embargo, fascina.

El equipo espera que se haga de noche para captar la espectacularidad de la imagen del cráter incendiado en la oscuridad.

El presentador se acerca peligrosamente al borde. "Jalis, tenga cuidado. Solo tenemos un Jalis", bromea por primera vez el representante del Gobierno que lleva 15 días pendiente de cada paso que ha dado el periodista o cualquiera del equipo por orden del régimen. "Es un país que tiene una riqueza energética tal que se puede permitir estar tirando toneladas métricas de gas durante 52 años las 24 horas del día sin que le repercuta para ser las cuartas reservas mundiales de gas", alucina el periodista. Dmitry asiente. Así es Turkmenistán.