Jalis de la Serna sobrevuela con el antropólogo John Palmer parte de los 100 millones de hectáreas que conforman el Gran Chaco, "dos veces más grande que España es la segunda extensión boscosa más grande después del Amazonas y por tanto uno de los pulmones del planeta", explica el antropólogo que lleva seis años sobrevolando la zona.

"Todos los productos que se venden en los supermercados tienen un ingrediente basado en la soja. Es un producto alimenticio de enorme importancia a nivel mundial y lo están sacando de esta zona", cuenta Palmer.

¿Cómo se pasa del bosque a las plantaciones?

"Están deforestando, van demoliendo con dos tractores en paralelo enganchados con una cadena que arrasa los árboles, los apilan y los reducen a cenizas para sembrar en ese terreno monocultivo de soja"

En una imagen de satélite se puede comprobar como en los últimos 30 años la deforestación ha crecido en más de un millón de hectáreas y el antropólogo asegura que "se van buscando otras áreas vírgenes para seguir reproduciendo el mismo sistema".

Uno de los efectos de la deforestación es la disminución de las lluvias y se nota "que la humedad va decreciendo y la precipitación disminuye".

Hay áreas de plantaciones que están en manos privadas que tienen el tamaño de la ciudad de Buenos Aires, pero aún así "es bastante difícil identificar a los dueños porque son testaferros y a la cabeza están personas vinculadas con el poder".

"Se están comiendo al bosque", sentencia el antropólogo para explicar que "todos estamos participando de esta deforestación del planeta": "Lo que compramos no sabemos cómo se produce, pero detrás tiene una cadena de daños ambientales y sociales que desconocemos porque compramos el producto empaquetado y listo para el consumo".

Otros momentos destacados

Jalis de la Serna descubre en Brasil que el milagro de la reforestación es posible. Visita el Instituto Terra que ha pasado en 20 años de una paisaje arrasado desolador a un vergel en el que ha vuelto a brotar el agua.

Enviado Especial comprueba en Brasil que el milagro de la reforestación es posible