Las bandas dedicadas al robo de vehículos están integradas por delincuentes altamente especializados, con conexiones internacionales y capaces de hacer desaparecer un coche en pocos días. Tan rápido, que solo se recupera el 20% de todos los que se roban. El resto desaparece sin dejar rastro. ¿Dónde acaban?
Cada año, un millón de vehículos cruza el Estrecho. En 2015, se detectaron más de 400 robados a punto de embarcar. Uno de estos coches, un deportivo de 90.000 euros, viaja en el ferry de Melilla. Cuando desembarca, la Guardia Civil le da el alto. Es un control rutinario, pero el conductor se da a la fuga. Los agentes pierden su rastro hasta dos días más tarde, cuando ven el deportivo cerca de la frontera. Estaba a punto de cruzar a Marruecos, y la Guardia Civil lo para.
"El coche había sido robado, y habían sido modificados sus datos identificativos, como matrícula, bastidor e incluso la documentación que lo amparaba. Iba conducido por una persona de nacionalidad marroquí. Es un peón que utilizan en un momento dado", señaló un agente a Equipo de Investigación. Pero, ¿quién mueve al peón? ¿Quién le ha ordenado llevar el deportivo de lujo hasta Marruecos?.
La investigación se centra en el puerto. Revisan las cámaras de seguridad, y descubren quién saca el coche del ferry: un hombre de 54 años que viaja acompañado de un joven. Es un hijo, Adam, con antecedentes por robo de vehículos. "Adam es una persona de Madrid, un chaval joven que tiene un don de palabra muy grande, va siempre bien arreglado", indica un agente, quien explica que va acompañado "porque en los controles policiales siempre pasas más desapercibido si vas en familia o con niños pequeños". "Una persona sola con un coche de alta gama solo siempre es más propenso a que lo paren en un control", añade.
*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de 2016 que laSexta ha vuelto a emitir este jueves.
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