Equipo de Investigación se trasladó hasta Boiro, donde se puso en contacto con uno de los empleados de la empresa acusada de comercializar almejas potencialmente tóxicas de zonas no aptas para la recogida de mariscos en Portugal. En este programa el empleado explicó el modus operandi para sacar mayor beneficio: "Cogíamos un kilo de una portuguesa y cinco de gallega. Coges un poco de legal, otro poco de ilegal, lo mezclas y tienes toda legal".
Además, también entrevistamos a uno de los empresarios de esta entidad, que facturaba en 2021 cerca de 2 millones de euros y que en 2022 cesó su actividad. Pero cuando le acusaron de comercializar almejas tóxicas, el hombre no dudó en responder: "Ojalá, a lo mejor podía haber hecho negocio, pero no, no fue el caso".
Según pudo saber este programa, este empresario debía unos 20.000€. Una cantidad a la que reaccionó de forma impasible: "Sí, le debo dinero a muchas personas, pero a mí también me lo deben"