En un informe de prisión al que ha tenido acceso laSexta, los psiquiatras afirman que Manuel González tiene "un trastorno por sadismo sexual" y que "se le ha propuesto realizar programas de tratamiento" sin que haya accedido en ningún caso.
La forense afirma que el 'Loco del chándal fue diagnosticado con una parafilia sádica: "Consistía en sentir placer viendo sufrir a las personas a las que acuchillaba, sino no había orgasmo".
En su análisis de conducta se registran rasgos de hasta tres tipos diferentes de trastorno de personalidad. El primero de ellos es un trastorno antisocial, no tiene empatía ni ningún tipo de interés por las personas. Por otro lado sufre trastorno paranoide, donde encontraríamos el rencor y la violencia: "Esa necesidad de volver de forma muy agresiva cualquier hecho real". Además, estaría el trastorno psicopático de personalidad.
Una de sus víctimas ha narrado cómo la atacó en Equipo de Investigación: "Vino corriendo por detrás mía, e inmediatamente que oí los pasos ya noté que me pinchaban, noté mucho dolor, me giré le empecé a dar golpes de carpeta, le dije que me dejara en paz".
Manuel González la pinchó en la zona genital: "Me cogió por el hombro acercó la mano un poco hacia el cuello y me clavó un punzón abajo, o sea en el labio de fuera, entonces me quedé con el punzón clavado y esta persona echó a correr".
Ana Isabel Gutiérrez, psicóloga forense, ha narrado algunos de los daños físicos que el 'Loco del chándal' ocasionó a sus víctimas: "Él va desde atrás y con el arma penetra atravesando desde la zona perianal. En algunos casos falla y da en glúteo, pero intenta penetrar por la zona perianal llegando incluso a atravesar pues eso hasta los intestinos, atravesar útero... incluso en uno de los casos llega a salir al orificio de salida de la punta del cuchillo en la zona genital".
"La trayectoria siempre es ascendente, siempre", ha aclarado. Una técnica que provocó "pérdidas sanguíneas severas" hasta el 30% de sus víctimas. En su mayoría, 15, sobrevivieron, pero con daños físicos y psíquicos: "Estamos hablando de una zona corporal que tiene distintos usos , y además son usos cotidianos, estamos hablando de orinar, de defecar. Podemos encontrar con casos de esterilidad en algunos casos, y en otros casos ha habido que realizar una colostomía, una salida del intestino a través de una válvula y una bolsa para hacer que las heces salgan por así depositándose en una bolsa", ha explicado la psicóloga forense.
Un práctica que debe realizarse "cuando no tenemos un normal funcionamiento intestinal, o ha quedado muy dañada la zona del recto y la zona del ano, y debe hacerse la salida por ahí, dado que sino pues moriríamos".
Pero también un 'modus operandi' muy estudiado por el agresor. "La zona perianal es una zona simbólica, evidentemente si tú estás obsesionado con determinadas prácticas sexuales, vas a hacer una simulación, o vas a intentar proyectar en tu conducta en aquello con lo que estés obsesionado", ha explicado Ana Isabel Gutiérrez.