Una joven licenciada en Psicología que es consumidora de ayahuasca desvela qué es lo que sucede realmente en los retiros de Alberto Varela, quien dirige la empresa de retiros más grande del mundo. "Yo estaba en un momento de crisis existencial y aquello me parecía un espectáculo. Nada que ver con un ambiente terapéutico", recuerda la joven, quien señala que cuando se llega a un retiro, lo primero que hacen "es cobrarte porque allí todo es previo pago".
"Te dan una hoja donde te preguntan las típicas cosas, como si tienes alguna alergia, donde al final firmas que vas a tomar la sustancia bajo tu responsabilidad", cuenta la joven, a lo que añade que no hay ningún médico presente durante las sesiones, sino que los que administran la ayahuasca son "personas corrientes que han pagado dinero por ser 'facilitadores'".
Así, la psicóloga recuerda una ocasión en la que, tras probar el potente alucinógeno, "una chica francesa que se brotó y llegó a saltar y todo por la ventana porque ella solo quería escapar de la casa". "En ese momento, los tres facilitadores que había no podían con ella y lo que hicieron fue atarla con sábanas y mojarla con agua fría, y eso no calmó a la chica, sino que la hizo estar más ansiosa", relata.
Además, la consumidora de ayahuasca afirma que, aunque te encuentres mal, "no te dejan avisar a urgencias". "Yo sé de algún retiro en el que se ha llamado a la Policía porque algún participante se ha puesto nervioso y Varela cuando llega la Policía ya no está y son los facilitadores los que van a dar la cara y los que van a responder por lo que ahí ha pasado".
La joven asegura, asimismo, que Alberto Varela no está presente en las tomas de ayahuasca. "Él es el único que no la toma, porque ya no la necesita, pero tú la vas a necesitar toda la vida, es lo que vente. Él está en un negocio en el que si te cura, ya no vas a volver. Y el siempre está facturando. Es lo único que hace, facturar", manifiesta.