Un trabajador con el que habíamos quedado para hablar sobre su situación, ya que lleva 36 años cotizando y vive en una habitación de hotel porque no puede pagar un alquiler, finalmente cancela la entrevista por "fuertes presiones". "Este es un país tan pequeño que han empezando a atacar por todos los sitios y vete a saber lo que me van a hacer", cuenta en un audio.
Y es que los trabajadores de Andorra tienen miedo a hablar con periodistas. Conseguimos contactar con uno de ellos, a quien contactamos por vía telefónica, quien dice que trabaja en "una empresa privada" y que "al estar de baja, y no aportar nada a la empresa", cree que pueden acabar despidiéndolo.
"Como la mayoría de los empresarios de aquí de Andorra son gente que está en el Gobierno o gente que tiene familia en el Gobierno, son los que controlan el país y si yo hablo mal de Andorra, la gente no querrá que yo esté trabajando con ellos aunque lo que esté diciendo sea verdad", expresa el hombre.
En este sentido, Gabriel Ubach, secretario general de la Unió Sindical d'Andorra, asegura que los trabajadores "tienen miedo a perder su trabajo" y que los metan "en listas negras de algunos empresarios al identificarlos como problemáticos". "Estar en una lista negra implica poder perder tu trabajo y que no vuelvas a ser contratado para la profesión que tienes", subraya, a lo que añade que en su caso, la ventaja que tiene para poder hablar es que es "funcionario", por lo que "la protección es más grande que estuviera en una empresa privada".
"Supongo que cualquier persona que diga la verdad y salga en un medio como el vuestro es gente a la que las clases más pudientes molestamos bastantes porque a ellos lo que les interesaría vender es que Andorra es un paraíso y que aquí todo el mundo vive de alguna manera, sacando los perros a pasear con longanizas y esto no es así", manifiesta.