Decenas de personas observan cómo la lava va engullendo parte de la ladera de la Cumbre Vieja de La Palma desde las ventanas de sus propias casas. Es el caso de una vecina que ha atedido a Equipo de Investigación y que, viviendo a tan solo cuatro kilómetros del volcán que ha entrado en erupción, siente sus rugidos desde su propio salón.

De hecho, ha querido mostrar cómo es su día a día desde el pasado 19 de septiembre mostrando a Equipo de Investigación la lengua de fuego que puede divisarse desde su balcón. "Tienes miedo a una lluvia ácida, a que el aire se vuelva irrespirable, a que nos tengamos que ir todos de la isla...", ha reconocido la mujer, que ha asegurado que las ventanas de su casa vibran habitualmente.