Para intentar que no tiremos tantos electrodomésticos, el Ayuntamiento de Barcelona abrió hace 10 años Millor que nou!, un taller en el que enseñan a los usuarios a reparar ellos mismos sus electrodomésticos.
Aquí, cada mes más de 1.500 clientes arreglan sus aparatos estropeados. Solo tienen que pagar las piezas y los recambios. Sin embargo, un electrodoméstico se les resiste: las cafeteras de cápsulas. "Tenemos muchas cafeteras que se estropean", explica María Ferrándiz, directora de Millor que nou!, que muestra varios ejemplos.
Una de ellas directamente no se puede abrir, lo que impide acceder al mecanismo interno para arreglarlo. "Si intentáramos abrirla, romperíamos la carcasa y no podríamos utilizarla", explica Ferrándiz. En otra cafetera, el problema son los tornillos. "No se pueden abrir, no hay ninguna herramienta que pueda abrir estos tornillos", precisa.
En este caso, confirma, podríamos decir que estamos ante un ejemplo de obsolescencia programada. "No podemos acceder al interior de la máquina y, por lo tanto, no la podríamos reparar", resume la técnica, que denuncia que, así, "estás facilitando que la gente acabe tirando un objeto que con 15 céntimos puede reparar".
Dificultades como estas impiden a los técnicos arreglar el 20% de los aparatos. ¿Se están diseñando productos irreparables? Una llamada al servicio técnico de la marca de cafeteras parece corroborar esta teoría: la solución que nos dan es comprar una nueva. "Por cuarenta y algo [euros] las puedes encontrar en oferta, entonces la avería no merecería la pena repararla", indica la operadora.
La misma respuesta nos dan en otro servicio de atención al cliente cuando les decimos que nuestra cafetera, que costó 70 euros, no funciona: "No le interesa repararla".
César Franco, decano del Colegio de Ingenieros de Madrid, indica que, con este tipo de aparatos, "lo más normal" es que "sí existan las herramientas pero estén solo a disposición del servicio técnico".
Entonces, ¿por qué nos recomiendan desde el propio servicio técnico sustituir la cafetera? "El problema no es que sea caro reparar, sino que estamos en un modelo en el cual comprar es muy barato, con lo cual de alguna forma se acaba desincentivando la reparación de los electrodomésticos", explica.
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