Tejero, un anciano que vive en la actualidad a caballo entre Madrid y Málaga
Hoy en día se mantiene gracias a su pensión, a la de su mujer y a los cuadros que le encargan, en la cárcel se aficionó a la pintura. Entre la ultraderecha los retratos y paisajes que colorea se llegan a cotizar por encima de los 2.400 euros. Desde el día que obtuvo el tercer grado, se encuentra apartado y expulsado de su amada Guardia Civil, encerrado en su ámbito familiar. Hasta el momento, ningún periodista ha conseguido sacarle una palabra.
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