Las salidas nocturnas de Antonio Tejado por Sevilla le convierten en objetivo de los paparazzis. El fotógrafo Pablo González, que le sigue desde hace más de 10 años, cuenta a Equipo de Investigación que Tejado "frecuentaba cualquier local donde hubiese una fiesta", a lo que añade que "las fiestas te llevan a el consumo de alcohol o de otra sustancia".
"Llega un momento en el que nos decían que Antonio estaba en un sitio y que no llevaba un morao...", expresa el paparazzi, quien dice que ellos "ya no iban a esos sitios a fotografiarles, porque Antonio en esos momentos en los que había descendido en cierto modo al infierno, la prensa del corazón ya no lo quería". "Fue ahí cuando Antonio se tuvo que reinventar y vender su vida en aspectos más íntimos porque tenía que sacar, como nosotros decimos, las vísceras", señala González.
En este sentido, el paparazzi declara que "era una forma de no tener que trabajar, que era lo que Antonio siempre buscaba". "Antonio estaba desbocado y su tía ya sabía que no podía hacer carrera de él, aunque nunca le soltó de la mano, pero ya eso no le estaba gustando, ni a su tía, ni a la actual pareja de su tía", subraya el paparazzi, quien concluye la entrevista destacando que "los problemas económicos" de Tejado "saltaban a la vista".