Nuria Rosell es vecina de Almagro y además posee un hotel rural en la ciudad. Sus clientes, cada vez más numerosos debido al gran éxito internacional del prestigioso festival internacional de teatro clásico que allí se celebra, no dejan de quejarse de un mal que acecha a toda la ciudad: la mala calidad del agua corriente, que llega a ser peligrosa para la piel. "Te dicen que se han tenido que embadurnar en crema porque les picaba toda la piel después de salir de la ducha", cuenta a Emilio Doménech.
La sequía que hace años sufre la zona ha hecho que los pantanos estén bajo mínimos y que el agua provenga de pozos subterráneos en los que el líquido está estancado y arranca materiales de los suelos y paredes, tal y como ha descubierto Gabinete de Crisis hablando con los vecinos del municipio. Ellos son los principales afectados por esta auténtica tragedia medioambiental y social.
"No consumes agua del grifo. Para los niños, para hacer biberones o comidas, solo usamos agua embotellada. Hasta el punto de que pediatras, a mí, personalmente, me han recomendado que no bañe a mi hija. Se están encontrando muchísimos casos de dermatitis y encima, tenemos que estar dando gracias porque a día de hoy no tenemos cortes de agua", lamenta Nuria.
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Ella no cree que la situación se solucione en un futuro, por mucho que "todos" le "vendan" que sí. "Llevamos ya muchos años". "¿No tienes esperanza?", la vecina de Almagro niega. No le queda ni gota.
Por no ejercer la abogacía
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