Operación Monoplaza

Los estremecedores vídeos que el acosador enviaba a Noemí de Miguel a diario: "Comienzo a tener pesadillas con él porque ya le pongo cara"

El acosador de la periodista Noemí de Miguel recrudeció el tono de sus mensajes, cada vez más violentos, hasta el punto de enviarle vídeos amenazadores y estremecedores.

Los estremecedores vídeos que el acosador enviaba a Noemí de Miguel a diario: "Comienzo a tener pesadillas con él porque ya le pongo cara"

Después de las cartas que llegaron a redacción años atrás, el acosador de Noemí de Miguel siguió con su hostigamiento enviando incontables mensajes directos a sus redes sociales. Pero lo peor llegó cuando consiguió su dirección de correo electrónico personal. "Cuando empiezo a recibir los emails es como que lo siento más cerca, porque ya es alguien que ha tenido que estar buscando e indagando mucho", cuenta la periodista deportiva en este reportaje de 'La Red'. La obsesión de esta persona por Noemí era completamente enfermiza.

"Noemí se dio cuenta de que estaba siendo víctima de un delito de ciberacoso en el momento en el que fue consciente de que estaba perdiendo el control de su vida", cuenta Iván Outomuro, policía del grupo de redes de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional. "El día de la declaración nos encontramos a una mujer desesperada, angustiada. Tenía miedo, había perdido el control total de su vida. Incluso en una de las declaraciones se llega a derrumbar", añade el agente.

Los agentes le dieron una serie de recomendaciones a la hora de subir contenido a redes para nunca desvelar información que pudiera comprometer su seguridad. "Me dijeron que tratase de limitar las interacciones y de no desvelar los lugares donde me encontraba ni datos sobre mí misma. Obviamente, nunca nada por lo que fuesen capaces de localizar mi casa, cercano a mí o de mi vida privada". Sin embargo, por su profesión era sabido al minuto los lugares en los que se encontraba retransmitiendo eventos deportivos, algo que dificultó mucho la tarea policial.

Los investigadores se centraron en solicitar a Google las direcciones IP de la cuenta de correo desde donde el acosador escribía a Noemí y así consiguieron localizarle. Era un ciudadano argelino que vivía en las afueras de París y que trabajaba en un matadero. "Si quien te está acosando trabaja en un matadero, es un detalle inquietante. Y esto, a Noemí le angustiaba", reflexiona el periodista Paco Jiménez en 'La Red'.

El cerco se estrechaba a su alrededor mientras él se iba enfadando más y más por la ausencia de respuesta de su víctima. Comenzó a enviarle vídeos en los que no paraba de pedirle que lo llamara. "Es, todo el rato, 'Call me, call me, call me. Noemí de Miguel. Call me'", rememora ella.

Su acosador entró en una vorágine de continuas amenazas. "Había pasado a una segunda fase, había recrudecido sus mensajes", narra Outomuro. Ella comenzó a tener pesadillas: "ya le pongo cara". "En mis sueños yo podía ver una sombra que estaba al otro lado de la ventana", relata con un hilo de voz.

En los vídeos que le enviaba, como los que pueden verse sobre estas líneas, vestía con sudadera y llevaba la capucha puesta. "Yo me lo imaginaba de esa manera. Conseguí, trabajando mucho, mantener a raya el miedo durante el día, pero por la noche, eso ya no lo controlas", reconoce.

Pero lo peor aún no había llegado. "El detonante final se produce cuando él es muy consciente de que yo estoy embarazada. Eso sucede en septiembre de 2023".