'Operación Kaerb'
¿Qué pasa con nuestros móviles cuando los roban? 'La Red' explica el 'modus operandi' de los estafadores del caso 'Operación Kaerb'
'Operación Kaerb' trata el caso de la organización criminal que robaba teléfonos móviles para usar la información de dentro para cometer delitos y, posteriormente, vender el dispositivo en el mercado negro.

¿Qué pasa con nuestros móviles cuando los roban?¿Cómo actúan los estafadores? ¿Cómo logran desbloquear el teléfono? ¿Quién está detrás de los servicios de desbloqueo?.
Los robos de móviles suelen darse frecuentemente en situaciones de despiste. Después del hurto, llega a manos de los intermediarios, quienes normalmente operan desde un piso donde el líder es el encargado de venderlos gracias a los canales de distribución que tiene. En este programa de 'La Red', la Policía explica cómo se llevó a cabo la 'Operación Kaerb': la organización criminal que, tras robar los móviles, accedía a los datos, utilizaba la información para cometer delitos y, posteriormente, los vendía en el mercado negro.
Cuando la investigación comenzó, la Policía descubrió cómo había varias personas en internet que revendían un servicio de desbloqueo de iPhone. El servicio que ofrecían era para simplificar y dar acceso a delincuentes que no tenían grandes conocimientos informáticos.
Las víctimas, normalmente, tienen la posibilidad de dejar un mensaje con un dato de contacto para que cualquier persona que tenga el teléfono en su poder en ese momento reciba ese mensaje y pueda contactar con ella. Lo que hacía el servicio de alto nivel era enviar mensajes a los propietarios de los teléfonos sustraídos simulando ser los fabricantes. Las víctimas creían que recuperaban el móvil, pero en realidad estaban entregando su identidad digital a los delincuentes.
Cuando los estafadores exprimían todo lo que se le podía sacar del móvil, pasaban al siguiente punto: venderlo. La Policía descubrió que el ideólogo de todo el servicio de desbloqueo y la organización criminal operaba desde Santa Fe, en Argentina. Para sorpresa de los agentes, el día de la detención el líder se había arrancado la huella dactilar para que no se pudieran sacar pruebas y esclarecer todos los delitos.