El intercambio de vídeos íntimos es una práctica frecuente entre los adolescentes, aunque en muchas ocasiones, puede tener unas consecuencias que no calibran. Esto es a lo que se denomina 'pornovenganza'. La pornovenganza, según la psicóloga Alicia Banderas, "ni es porno ni es venganza, es una conducta violenta y un delito".
De hecho, la difusión de imágenes de carácter sexual sin consentimiento del protagonista, es un hecho que provoca el suicidio de "más mujeres que de hombres". En "la intimidad somos libres de grabarnos en pareja bajo consentimiento", recuerda la experta, pero hay que condenar a "quien lo difunde".
"También hemos hecho campañas de prevención contra el sexting" con el objetivo de concienciar y terminar con la pornovenganza. Y, es que, la víctima acaba con la "autoestima muy mellada porque, en vez de una mujer, se reduce a una imagen", tal y como le sucedió a Olvido Hormigos.
"Hay que poner el foco, no en una práctica lícita que es la de grabarse, sino en quien difunde eso", recalca, una vez más, Juan del Val en el vídeo principal de la noticia.