"A esto se le conoce como fiebre primaveral", explicaRicardo Moureen La Roca acerca de este síndrome que se da en esta época del año y que se caracteriza por un aumento de la vitalidad, la energía y la libido, aunque él reconozca entre risas que está "salido todo el año". "Soy como un bonobo", confiesa.
Este fenómeno se debe principalmente al aumento de las horas de luz, que produce cambios en nuestro cerebro. El primero de ellos afecta al reloj interno a través de la glándula que produce la melatonina. Durante el día, la luz del sol inhibe la producción de melatonina, con lo que cada vez estaremos más despiertos.
La exposición a la luz del sol hace que el cerebro libere serotonina, que es el neurotransmisor de la alegría, que también influye en el enamoramiento. "Por eso, en la primavera somos más proclives a enamorarnos", cuenta el científico.
"En los humanos lo que pasa es que, como nos exponemos más al sol porque hay más horas de luz, producimos más vitamina D, que no solo es importante para los huesos y las defensas, sino también para producir testosterona, que tanto en hombre como en mujeres hace que estemos más 'salidorros'", afirma. "Ciencia pura", comentan los colaboradores del programa.
Además, con el calor, llevamos menos ropa y sudamos más, con lo que producimos sustancias que tienen la capacidad de excitar a otras personas. "Se sabe que el olor de una persona es determinante para que nos guste o no, aunque no seamos conscientes de ello".