El acuerdo migratorio PSOE-Junts reabre grietas en la coalición: García-Page lo tilda de "inasumible" mientras otros piden renegociación

Más allá de las críticas externas, el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Junts sobre la política migratoria ha generado un profundo malestar en la coalición de gobierno. A pesar del apoyo oficial de Yolanda Díaz, varios diputados de los socios de gobierno, incluidos miembros del PSOE, muestran su rechazo, llegando incluso a amenazar con tumbar el pacto en el Congreso. Las grietas en la coalición podrían poner en serio peligro la aprobación del acuerdo.

En este contexto, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha sido el más contundente al expresar su indignación. Fiel a sus críticas a la línea oficial de Ferraz, García-Page ha denunciado que el pacto con Junts es "inasumible" y ha tachado de "bochornoso" el enfoque del acuerdo. Para García-Page, aceptar planteamientos que considera "racistas" va en contra de los valores socialistas: "Como socialista, no se puede pactar lo que se está pactando, sin vender tus valores y sin caer en la hipocresía de haber hecho lo contrario de lo prometido".

Este rechazo, poco común en las filas del PSOE, se ha alineado con la postura de Podemos, cuyos cuatro diputados ya han anunciado su voto en contra. A esta oposición se suman los diputados de Compromís, Alberto Ibáñez y Àgueda Micó, quienes, incluso tras posibles modificaciones, rechazan el acuerdo. Micó ha señalado que los partidos progresistas no pueden caer "en la trampa de comprar el relato y el discurso de la criminalización de las personas migrantes".

Izquierda Unida también ha mostrado su malestar, exigiendo una renegociación del texto si quiere contar con su apoyo en la votación. Más Madrid, por su parte, ha expresado temores de que el pacto abra la puerta a políticas xenófobas en otras comunidades, con Manuela Bergerot afirmando que el pacto con Junts moviliza el voto a través de "un sentimiento antimigratorio" que coloca en la diana a los más vulnerables.

A pesar de las intensas críticas, Sumar ha restado importancia a los desacuerdos internos y confía en que el proceso de enmiendas permita subsanar las diferencias antes de la votación final. Sin embargo, el futuro del pacto sigue en el aire, y las tensiones dentro de la coalición continúan creciendo.