La estrategia de Trump

Los 'Acuerdos de Mar-a-Lago', ¿la clave para devaluar el dólar y disparar las exportaciones?

Las consecuencias
A pesar de las promesas de un impulso económico, la estrategia podría desatar una crisis financiera global y provocar una reacción en cadena de aranceles internacionales.

Los 'Acuerdos de Mar-a-Lago', ¿la clave para devaluar el dólar y disparar las exportaciones?

Un grupo de intelectuales y economistas norteamericanos, simpatizantes de la administración Trump, ha comenzado a popularizar una teoría económica que podría transformar la manera en que Estados Unidos encara su política comercial y monetaria.

Esta teoría, que se ha denominado 'Los Acuerdos de Mar-a-Lago', sugiere que los aranceles impuestos por Trump no son solo una medida proteccionista, sino el medio para alcanzar un objetivo mucho más ambicioso: la devaluación del dólar, lo cual sería el primer paso para reindustrializar el país y aumentar sus exportaciones de manera drástica.

Según los defensores de esta teoría, la reindustrialización de Estados Unidos es una de las prioridades fundamentales de la administración Trump. Sin embargo, un aspecto clave para lograr que las empresas americanas sean competitivas en el mercado global es la necesidad de reducir el valor del dólar.

Para muchos economistas, la apreciación de la moneda estadounidense ha encarecido las exportaciones del país, lo que ha dificultado la capacidad de competir con otras economías más dinámicas. La propuesta sugiere que el gobierno de Trump buscaría, a través de los aranceles, devaluar el dólar hasta niveles competitivos.

La teoría plantea que, para llevar esto a cabo, Trump tendría que emprender una serie de acciones económicas que parecen, a primera vista, radicales. Uno de los puntos más controversiales es la idea de que Estados Unidos podría forzar a los países extranjeros a cambiar sus reservas de dólares por deuda a largo plazo, con vencimiento a 100 años.

A esto se sumaría la creación de un fondo destinado a la compra de divisas extranjeras para reducir el valor del dólar de forma artificial. Sin embargo, esta idea presenta un desafío considerable: los países extranjeros no aceptarían vender sus reservas de dólares de manera voluntaria bajo tales condiciones.

Es aquí donde entran en juego los aranceles. Según los defensores de esta teoría, Trump obligaría a otros países a aceptar este "intercambio" mediante la imposición de aranceles punitivos y otras amenazas económicas, incluida la retirada de la protección militar que Estados Unidos brinda a sus aliados. Esta postura, según algunos analistas, podría arrastrar a las naciones a un "juego de suma cero" donde las concesiones económicas serían forzadas para evitar represalias aún mayores.

Róger Sen-serrich, politólogo especializado en relaciones internacionales y economía política, ha sido uno de los críticos más vocales de esta teoría. En un artículo para el medio '4 Fri-doms', Sen-serrich calificó el plan de "locura". Según él, el impacto de una devaluación forzada del dólar podría ser catastrófico para la economía mundial.

Al obligar a los países a vender sus reservas de dólares, el efecto inmediato sería un incremento de los tipos de interés globales, lo que incrementaría los costos de financiamiento para la reindustrialización de Estados Unidos. En lugar de estimular la economía, este escenario podría llevar a un aumento de la deuda y a una mayor inestabilidad financiera global.

Además, el politólogo advierte que, aunque los productos estadounidenses se harían más baratos en los mercados internacionales, el riesgo de una reacción en cadena de otras economías, que responderían con sus propios aranceles y medidas proteccionistas, podría tener un impacto negativo en las exportaciones estadounidenses a largo plazo.

La propuesta de Trump, según Sen-serrich, podría ser más perjudicial que beneficiosa, especialmente cuando se trata de lograr una verdadera reindustrialización, dado el encarecimiento de los créditos y la incertidumbre económica que podría generar.

Un precedente: 'Los Acuerdos del Plaza', en 1985

Este plan recuerda a los 'Acuerdos del Plaza', firmados en 1985 por las cinco principales potencias económicas del mundo: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido. En aquel momento, los países acordaron una devaluación controlada del dólar con el objetivo de hacer las exportaciones de Estados Unidos más competitivas en los mercados internacionales.

Aunque la medida logró equilibrar parcialmente la balanza comercial con Europa, no cumplió su principal objetivo de aumentar las exportaciones hacia Japón. A pesar de una devaluación del dólar del 51% respecto al yen japonés, las exportaciones estadounidenses a Japón no aumentaron como se esperaba.