El Gobierno de Castilla y León cumple más de 100 horas inmerso en el caos y los mensajes contradictorios. Se supone que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ha cerrado el debate afirmando este lunes que los sanitarios no estarán obligados a ofrecer escuchar el latido del feto a las mujeres que quieren abortar. Sin embargo, aún no hemos escuchado a Vox asumir su derrota.

Estas son las contradicciones en las que han incurrido Vox y el PP, dentro del propio Ejecutivo castellanoleonés, en los últimos días, desde el primer anuncio de Juan García-Gallardo hasta ahora.

Cronología del caos

Fue el jueves cuando el vicepresidente autonómico anunció que a partir de ahora para los médicos sería "obligatorio ofrecer" a las mujeres que quieran interrumpir su embarazo "tres cuestiones": la posibilidad de escuchar el latido del feto, realizar una ecografía 4D y "atención psicosocial específica".

Ese mismo día, desde el ala 'popular' del Ejecutivo castellanoleonés el consejero de Presidencia, José Julio Carnero, advertía de que "en ningún caso se le puede obligar al sanitario a tomar una decisión en contra de lo que dice la ley" y que, de hecho, el tema no había sido abordado en el Consejo de Gobierno.

El viernes, sin embargo, García-Gallardo aseguraba que las medidas habían sido consensuadas con la Consejería de Sanidad, en manos del PP. Ya el sábado, Mañueco rompía su silencio para manifestar su "respeto absoluto de los derechos de los sanitarios".

Este lunes, sin embargo, García-Gallardo insistía: "Lo que va a ser imperativo a partir de ahora es que los médicos ofrezcan la posibilidad de tener la información". "Está el tema clarísimo", llegó a decir. No obstante, Mañueco ha negado que su Gobierno haya "contemplado obligar a los profesionales sanitarios a ofrecer medidas coercitivas": "Ni la legislación ha cambiado ni la Sociedad de Ginecología ha solicitado incluir modificación alguna", ha zanjado.

Incertidumbre y desconcierto

Más allá del ir y venir de declaraciones, el problema es que a esta hora no existe ningún documento para tener la certeza de que el presidente Mañueco se ha impuesto definitivamente a sus socios de ultraderecha. Hasta que no actualicen el protocolo de actuación de los médicos, no podremos ver si tienen nuevas instrucciones. Aunque aún quedan dudas por responder, el dirigente 'popular' ha impedido que los periodistas le hicieran preguntas.

El desconcierto llega al punto de que hasta un compañero de Mañueco, otro barón del PP, ha confesado este lunes por la tarde que no tiene claro si ha cambiado algo sobre el aborto en Castilla y León. Ha sido el presidente murciano, Fernando López Miras, que admitía así la incertidumbre: "Todavía no he sido capaz de entender cuál ha sido la decisión que se ha tomado en Castilla y León". "Si se lee algunos medios parece que es una obligatoriedad, si se leen otros parece que es voluntario... no atiendo a acertar qué es lo que se ha dicho", ha agregado.