Una guerra y una dictadura por la cruz
Crímenes franquistas en nombre de dios: así mataba la dictadura justificándose con la religión cristiana
El régimen de Franco se amparó una y otra vez en el cristianismo para justificar sus crímenes. Repasamos tres ejemplos de cómo la dictadura utilizó la religión: de las cruces a las monedas, pasando por la espada del propio dictador.
Contrariamente a lo expresado por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no son pocos los casos de personas que han atentado y asesinado en nombre de la religión cristiana. En España, también el franquismo utilizó el cristianismo para amparar sus crímenes.
Al principio del golpe de Estado, dios no aparecía en sus manifiestos, pero durante la guerra, el bando franquista descubrió que justificarse con dios y la religión le permitía aglutinar a sus seguidores, atraer a católicos que habrían sufrido persecución en la República y mejorar la imagen del régimen en el exterior.
Repasamos tres ejemplos muy concretos de esa utilización del cristianismo por parte de la dictadura de Francisco Franco:
El primer caso de esa búsqueda de dios para justificar sus acciones es la espada victoriosa del propio dictador. Acabada la guerra, después del desfile de la victoria, el general Franco acudió a la iglesia de Santa Bárbara a entregar su espada, la que había usado durante el conflicto. En la ofrenda, menciona a dios y afirma que por su nombre, por dios, ha vencido a los enemigos de la patria.
Otro ejemplo más de esa utilización de la religión son las cruces: tras la Guerra Civil, todo pueblo y ciudad levantó una cruz, un monumento a los caídos. En la base de muchos de ellos, se escribió la misma leyenda: "Caídos por dios y por España". Repetían así la idea de que la guerra y las muertes habían sido por España, por la patria... y por dios.
El tercer ejemplo fue durante muchas décadas en los bolsillos, en las monedas acuñadas por el franquismo. En el anverso de las pesetas, junto a la cara de Franco, se podía leer: "Caudillo de España por la gracia de dios". O sea, según la dictadura, dios estaba con el dictador y él con dios.
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