Giorgia Meloni ya lidera la tercera economía de la Eurozona y, por mucho que ahora se vendan como moderados, debemos estar muy atentos a todas las decisiones de la ultraderecha italiana.
La primera medida económica de cierto calado que ha tomado en sus 11 primeros días como primera ministra ha sido aumentar el techo para los pagos en efectivo. Ahora mismo, el pago máximo está en los 2.000 euros y Meloni lo quiere subir hasta los 10.000. Su argumento es que la finalidad es estimular el consumo e intentar parar la recesión.
Sin embargo, cabe destacar que más del 10% del PIB italiano es dinero ilegal, según el propio Instituto Nacional de Estadística del país. Así, la medida es una buena noticia para quienes tienen dinero de procedencia ilícita.
La segunda polémica de su Gobierno es el nombramiento como número dos del Ministerio de Infraestructura de Galeazzo Bignami, diputado de 'Fratelli di Italia'. Y es que la prensa italiana ha recuperado una imagen suya en la queaparece vistiendo un brazalete nazi, tomada en 2005, en su despedida de soltero. Él se defiende argumentando que la foto fue tomada en un contexto privado, que se ha disculpado por ella más de una vez y que le avergüenza.
La tercera medida interesante que ha adoptado Meloni en estos 11 días es un guiño a los antivacunas. La nueva primera ministra ha reincorporado al sistema sanitario italiano a los 4.000 profesionales inhabilitados por no haberse vacunado contra el COVID-19. Además, deja de ser obligatoria la vacunación contra el coronavirus para todos los sanitarios.
Más Noticias
- El huracán Katrina en Nueva Orleans o el tsunami de Fukushima, ejemplos de cómo se reconstruye todo después de una tragedia
- Mazón ha señalado 38 veces a la CHJ: ¿cuáles son exactamente sus funciones?
- La versión de Mazón sobre el día de la DANA no coincide con la cronología de los hechos
- El aumento de la reserva hídrica en España no frena la crisis de la sequía
- Así es como Japón y EEUU conviven con el riesgo climático: lecciones para una España golpeada por la DANA
La cuarta decisión trascendente es que el Gobierno Meloni se niega a permitir el desembarco de un millar de migrantes rescatados en el Mediterráneo por varias ONG. Algunos de ellos llevan hasta 11 días en el mar y necesitan atención médica inmediata.