Elon Musk, el magnate conocido por su visión de colonizar el espacio y revolucionar la industria automotriz, también es el rostro de unas condiciones laborales extremadamente duras en sus empresas. En SpaceX, la compañía que busca llevar a la humanidad más allá de la Tierra, se han registrado siete veces más accidentes laborales que el promedio del sector, incluyendo aplastamientos, electrocuciones y amputaciones. Estos incidentes reflejan un entorno de trabajo peligrosamente descuidado, que pone en riesgo la salud y seguridad de sus empleados.

Además, Musk ha demostrado un claro desprecio por los sindicatos y por la unión de los trabajadores. Se enorgullece de sus largas jornadas de trabajo, que a menudo superan las 80 horas semanales, mientras sus empleados enfrentan condiciones que podrían parecer inaceptables en cualquier otro lugar.

Por otro lado, la relación de Musk con el dinero público añade una capa de hipocresía a su discurso ultraliberal. Aunque aboga por la mínima intervención del Estado y la eliminación de ayudas públicas, sus empresas han recibido significativas subvenciones gubernamentales. Tesla, su empresa de vehículos eléctricos, ha recibido enormes cantidades de dinero público para su desarrollo. SpaceX, el mayor contratista de la NASA, ha captado más de 15.300 millones de dólares en subsidios desde 2003. Este contraste plantea serias preguntas sobre el verdadero pensamiento de Musk respecto al dinero público y las ayudas estatales.

Este viernes, a las 21:30 en laSexta Columna, se profundizará en estos temas, revelando el costo humano y financiero detrás de los ambiciosos proyectos de Musk.