El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares, ha llamado a consultas a la embajadora del país en Buenos Aires tras las polémicas declaraciones dadas por el presidente de Argentina, Javier Milei, durante su participación en el evento Viva24, organizado por la formación de ultraderecha Vox en el Palacio Vistalegre.

Esta es la segunda vez que el Gobierno de Pedro Sánchez apuesta por esta herramienta diplomática a la que ya recurrió en 2002 el Partido Popular. El Gobierno 'popular' llamó a consultas "de forma inmediata y con carácter indefinido" al embajador de España en Marruecos, Fernando Arias-Salgado, tras la intervención marroquí en la isla de Perejil, cercana a Ceuta.

Entonces, liderando en la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, respaldó la decisión del Gobierno de José María Aznar y advirtió a la vez de las posibles reacciones del Gobierno marroquí. Y con Zapatero en Moncloa, en julio de 2009, el Gobierno llamó a consultas a su embajador en Honduras, una medida con la que pretendía mostrar su "firmeza" en el rechazo al golpe militar que había forzado la salida del país del presidente. Una medida secundada por el resto de países europeos, como pedía el PP, que lo consideró una buena medida de presión.

Hasta en dos ocasiones, José Manuel García-Margallo, como titular de Exteriores, llamó a consultas al embajador español en Venezuela por el mismo motivo. Y con solo un año de diferencia, el Gobierno español llamó a consultas a su embajador en Caracas, ante los "intolerables insultos" de Nicolás Maduro y su "actitud impropia". El presidente venezolano había llamado "racista, basura corrupta y basura colonialista" al entonces jefe del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy.

Y el caso más reciente, con José Manuel Albares, recién estrenado en el ministerio de Exteriores, la llamada a consultas a la embajadora de España en Nicaragua por un duro comunicado del Gobierno de Daniel Ortega en que recurría a los GAL, a Cataluña y hacía acusaciones de crímenes de lesa humanidad para criticar al Gobierno. El régimen nicaragüense denegó su vuelta, así que España tuvo que relevarla. Ortega recibió a la nueva embajadora tras año y medio de turbulencias diplomáticas.