Kirguistán, un pequeño país de menos de siete millones de habitantes, está viviendo un "milagro económico" que ha captado la atención de analistas y economistas. Desde la invasión rusa a Ucrania, las exportaciones de Kirguistán a la Unión Europea han aumentado un 953%. Este fenómeno ha sido documentado en una gráfica (elaborada por @robin_j_brooks) que muestra un notable incremento en las exportaciones hacia varios países europeos.
Los datos provienen del análisis de Alberto Sicilia, quien plantea la pregunta de si este aumento en el comercio es parte de una estrategia de Rusia para evadir las sanciones impuestas por Occidente. Esta sospecha también ha sido expresada por el centro de investigación Brookings, que ha estado investigando las razones detrás de este milagro económico kirguizo.
Kirguistán, geográficamente aislado y montañoso, parece ser el país elegido por Putin para funcionar como una 'puerta trasera' hacia Europa. ¿Qué lo hace tan especial? Su ubicación, situada en un cruce entre Rusia, China y Europa, lo convierte en un nexo vital entre Oriente y Occidente. Este país es altamente dependiente de Rusia y, al ser parte de la Unión Económica Euroasiática, se beneficia de la eliminación de controles aduaneros en la región.
La relación entre Kirguistán y la Unión Europea es igualmente importante, ya que Italia, entre otros países, importa productos agrícolas y textiles de allí. Rusia, consciente de esta dinámica, ha estado invirtiendo en proyectos de infraestructura en Kirguistán, lo que podría facilitar el comercio y crear rutas más eficientes para que los productos rusos lleguen a Europa.
La relación entre Putin y Kirguistán se evidenció a principios de 2023, cuando el presidente ruso eligió la capital kirguiza para su primera visita internacional tras la solicitud de detención emitida por la Corte Penal Internacional de La Haya. A pesar de su estatus internacional cuestionado, Putin fue recibido con honores en el país.
Actualmente, Putin se encuentra en Kirguistán participando en la reunión del Consejo de jefes de Estado de la Comunidad de Estados Independientes, junto a los presidentes de Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán, quienes también han registrado un notable incremento en sus importaciones y exportaciones con la Unión Europea desde el inicio del conflicto en Ucrania.