La última predicción de Fernando Simón no es positiva. El director del CCAES auguró hace una semana en rueda de prensa que la tendencia de la pandemia será "ascendente hasta finales de enero".
En laSexta Clave lo apuntamos para comprobarlo a principios de año. Y es que hasta ahora no se puede decir que el Director del Centro de Emergencias haya dado en el clavo con sus apuestas. De hecho, en 'el otro informativo' analizamos 'tres predicciones erróneas y un gran acierto de Fernando Simón'.
La primera equivocación nos traslada al 31 de enero de 2020. España tiene su primer caso conocido de contagio por coronavirus, un turista alemán en la Gomera, pero Simón no alarma, y afirma que aquí habrá, si acaso, "algún caso".
Casi dos millones de contagios después podemos decir que Simón se equivocó. Aunque hay que ser justos: nadie vio venir entonces una pandemia global de las proporciones que hemos sufrido.
En la misma línea se situó su segundo error. En febrero, el doctor no veía necesarias las mascarillas. Sin embargo, en abril ya las recomendaba, aunque no obligaba. Una opinión que volvió a cambiar en mayo, cuando ya eran obligatorias. Un mes y medio después, España hacía obligatorias las mascarillas en espacios cerrados y abiertos.
La última de las 'tres predicciones erróneas de Fernando Simón' nos traslada al 15 de octubre. España sumaba dos semanas con la incidencia acumulada prácticamente estancada en torno a los 260 casos.
Aun así, Simón vaticinaba un descenso de la curva "en los próximos días", una tendencia que no solo no se confirmó, sino que varió drásticamente al día siguiente. Fue ese 16 de octubre cuando nuestro país batió su récord de contagios en toda la pandemia: 15.186 nuevos casos.
El portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez tuvo que cambiar su discurso, y tan solo cuatro días después tuvo que rectificar.
El día que Simón apostó y ganó
Sin embargo, no podíamos cerrar el análisis sin recordar también el día en el que Simón se la jugó y ganó. Fue el 5 de noviembre, España registraba casi 22.000 contagios y teníamos la incidencia desbocada por encima de los 500 casos.
Todos los expertos empujaban al Gobierno para que re-confinara a la población, como ya ocurrió en marzo. Y es que muchos de los países de Europa ya lo estaban haciendo.
Un hecho que no le hizo temblar. El epidemiólogo se mantuvo firme y afirmó que no lo veía necesario, y los datos le dieron la razón días después. No obstante, a la lucha contra la COVID aún le quedan muchos capítulos por escribir.