Un Tratado de Versalles al revés

Ucrania, forzada a pagar por una guerra que no inició: el acuerdo que redefine los conflictos modernos

Un caso sin precedentes El acuerdo filtrado impone a Kyiv la entrega de la mitad de sus ingresos en minerales y petróleo a EEUU como compensación por la ayuda militar.

Ucrania, forzada a pagar por una guerra que no inició: el acuerdo que redefine los conflictos modernos

Este miércoles se ha filtrado el borrador del acuerdo entre Ucrania y Estados Unidos que establece que Kyiv cederá parte de sus tierras raras y recursos energéticos a cambio del apoyo estadounidense. En el documento se menciona que Estados Unidos "apoyaría el esfuerzo de Ucrania para obtener las garantías de seguridad necesarias para una paz duradera". Sin embargo, Donald Trump, tras ser consultado al respecto, dejó claro que Washington no garantizará nada. La firma del acuerdo podría concretarse este viernes.

Lo más sorprendente es que Ucrania deberá pagar la mitad de sus ingresos en minerales y petróleo como compensación por la ayuda militar y financiera recibida de Estados Unidos. Este hecho no tiene precedentes en la historia moderna: un país invadido obligado a indemnizar a su propio benefactor.

Según algunos analistas, estaríamos ante un "Tratado de Versalles al revés". Mientras que tras la Primera Guerra Mundial Alemania debió pagar reparaciones a Francia y Bélgica, un siglo después, Ucrania es forzada a pagar por una guerra que no inició y en la que es la víctima. La amenaza es clara: si Kyiv no firma, Estados Unidos retirará su apoyo y Rusia podría avanzar sin resistencia.

El pago en "especies" no es nuevo en la historia. Tras la Segunda Guerra Mundial, Alemania entregó minas de carbón para sufragar la reconstrucción de los países afectados. Irak, tras invadir Kuwait, pagó el 30% de los daños causados con los ingresos de su programa "Petróleo por Alimentos".

Estados Unidos también logra en este acuerdo contratos para sus empresas, como lo hizo con el Plan Marshall. Sin embargo, las circunstancias son distintas. Mientras que tras la Segunda Guerra Mundial Washington invirtió para reconstruir Europa y frenar el comunismo, permitiendo además la expansión de la industria alemana y japonesa, en el caso ucraniano el acuerdo impone condiciones que comprometen su economía a largo plazo.

El desenlace de este acuerdo podría redefinir la relación entre los aliados occidentales y sentar un peligroso precedente para futuros conflictos internacionales.