Věra Jourová, la actual vicepresidenta de la Comisión Europea y encargada de dirigir las negociaciones clave, ha solicitado propuestas concretas al PP y al PSOE antes de avanzar. Sin embargo, detrás de su poderosa posición en la Unión Europea (UE), yace una historia marcada por la adversidad y la lucha política.

Antes de su carrera en la UE, Jourová, política checa, cambió de partido tres veces hasta encontrar su lugar con los liberales. Su ingreso en la política europea estuvo precedido por un mes en prisión en 2006, cuando fue acusada injustamente de corrupción mientras gestionaba fondos comunitarios para mejoras regionales. Aunque fue puesta en libertad al mes siguiente y luego indemnizada por daños (100.000 euros), esta experiencia moldeó su enfoque político.

Jourová ha sido una defensora incansable de los valores y la transparencia en la UE, trabajando contra la desinformación y promoviendo la igualdad de género. Reconoció públicamente haber sido víctima de violencia de género y desempeñó un papel fundamental en la ratificación del Convenio de Estambul. Además, durante su mandato como comisaria de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género, aprobó importantes regulaciones, incluido el reglamento de protección de datos.

Su firme postura la ha enfrentado con figuras políticas como al Ministro de Infraestructura y Transporte de Italia, Matteo Salvini, a quien acusó de discurso de odio, y con gobiernos como el de Polonia y Hungría, criticando duramente la erosión democrática.

Ahora, Jourová se encuentra en el centro de la controversia al mediar en la renovación del Consejo General del Poder Judicial español, demostrando su habilidad para enfrentar desafíos políticos de alto nivel en la UE.