En la serie documental 'Lo de Évole', Jordi Évole se estrena introduciéndose en diversas cárceles y entrevistando a presos famosos y anónimos. Las prisiones, según afirma el periodista, "marcan de por vida". Por eso la temporada empieza con una escena que es la que "más le ha costado": la de su familia. Después de haber despedido Salvados con sus vecinos y personas cercanas.
Son ellos los que protagonizan la primera escena de 'Lo de Évole' en honor, ha dicho, a su abuelo. "Hablando con mis padres, mi padre me recordó una cosa que yo no tuve presente cuando hice la serie, que fue que mi abuelo estuvo en la cárcel por motivos políticos y me explicaba mi padre cómo eso le había marcado". Por eso, ha explicado, "igual ese run run que tenía sobre la cárcel" ya se lo inculcó su abuelo "con las historias de cárcel".
Las cárceles, en su mayoría parecidas entre sí, ya no impresionan tanto al presentador, que ha reconocido que hay una que sigue conservando un halo especial: "La de Wad-Ras de Barcelona". Allí, ha dicho, sigue habiendo "un aroma de antes".
"Hay una escena que se produce en esa cárcel que es que hay contacto muy inmediato. A veces los familiares de las presas se ponen fuera de la cárcel por la noche y dialogan a través de los muros", ha explicado. Algo que "no se hace en las cárceles que están a las afueras de las ciudades".
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