Esta noche, a partir de las 22:30h en laSexta, Jordi Évole entrevista a Nacho Vidal, la mayor figura del cine porno español y una de las más importantes del mundo. En la conversación, que se lleva a cabo en una clínica de desintoxicación, Nacho se sincera sobre cómo es vivir sin apetito sexual tras una vida dedicada a la pornografía. Además, echa la vista atrás para repensar su trayectoria desde las consecuencias sociales que tiene la pornografía y habla de los procedimientos judiciales en los que está inmerso. Las secuelas físicas de su trabajo y sus adicciones son otros de los temas de los que habla sin tapujos.
Nacho Vidal, estrella del porno
Nacho Vidal se labró una carrera de actor, director y productor de cine para adultos que ha durado casi 30 años. De la Sala Bagdad de Barcelona a Hollywood: en el Valle de San Fernando, la meca mundial del porno, Nacho llegó a ganar 4.500 dólares por día de rodaje. Se convirtió en un referente internacional al que aún reconocen por la calle.
Pero a las subidas así de fulgurantes suelen seguirle caídas igual de estrepitosas: involucrado, primero, en la Operación Emperador –una trama de blanqueo de dinero procedente de la mafia china– e imputado después por un homicidio imprudente durante la celebración de un rito con veneno de sapo, Nacho Vidal lo ha perdido casi todo. A punto de cumplir los 50 años, su principal objetivo es ahora deshacerse del Nacho Vidal personaje para volver a ser Ignacio Jordá, la persona. Y el proceso no es fácil.
Ignacio Jordá vs. Nacho Vidal
Pese a admitir haber utilizado a lo largo de los años ciertas sustancias (psicotrópicos, anabolizantes, testosterona), es la primera vez que Ignacio Jordá ingresa en una clínica para someterse a una terapia de desintoxicación. Aunque asegura que no está allí solo por eso: también, para arrancarse la piel de Nacho Vidal y desintoxicarse del personaje que él mismo creó.
Quiere desprenderse de él –aunque al mismo tiempo comercializa réplicas de su pene y no renuncia a usarlo como marca comercial– y reniega de la industria que él contribuyó a desarrollar. El cine de adultos actual ha perdido los valores que, sostiene, alguna vez tuvo. Aunque eso no significa que avale todo lo que hizo: cuando fue consciente de su influencia en los jóvenes, empezó a usar preservativo en sus películas y eliminó prácticas violentas como tirar del pelo o agarrar del cuello a sus parejas de acción. Dice ser consciente de que la educación sexual de los jóvenes pasa por la pornografía y que, por tanto, hay que ser responsable. Aunque también advierte de que no tendría que ser así, y que la ficción no debería ser referente para la vida real.
En el programa resulta impactante encontrar al Ignacio Jordá actual, apático y depresivo, en contraste con la imagen tan poderosa que ha proyectado Nacho Vidal durante 30 años: la de alguien enérgico, vigoroso, muy seguro de sí mismo, casi insolente. Hoy, camino de cumplir los 50 años, echa la vista atrás con cierta amargura e intenta apuntalar una vida nueva.
Esta noche, en Lo de Évole, Ignacio Jordá despide públicamente a Nacho Vidal. Con esta emisión, el programa despide temporada siendo una vez más lo más visto de la cadena con una media de más de 1,2 millones de seguidores, más de 3,3 millones de espectadores únicos de media cada domingo y, de nuevo, líder sobre su rival.
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