En 'Lo de Évole'
María Jesús Montero se define ante Jordi Évole como "creyente": "Pero no me imagino a Dios como se lo imagina habitualmente la gente"
La vicepresidenta del Gobierno desvela en 'Lo de Évole' que solía ir "de campamentos" (religiosos), aún cuando ya era directora de hospital. "Me iba los veranos con los chavales de monitora", cuenta.

Tras todo lo narrado por María Jesús Montero en 'Lo de Évole' acerca de su adolescencia y la influencia que tuvo "un cura rojo" en su vida personal, política y social, Jordi Évole se imagina que la vicepresidenta primera del Gobierno socialista solía ir a lo que en Cataluña llaman "de colonias". "Totalmente, de campamento", afirma ella en esta entrevista. Y no solo cuando era una niña.
"Yo he ido de campamento siendo directora de hospital, terminada la carrera y teniendo una responsabilidad. [...] Me iba los veranos con los chavales en mitad del campo de monitora", desvela, para después asegurar que ya tenía 23 o 24 años cuando lo hacía. "A mí me gusta mucho trabajar con jóvenes, transmitirles lo que yo había aprendido de los valores que implicaba el Evangelio", cuenta.
María Jesús Montero y su relación con Dios
Montero se autodefine como una persona creyente, pero no se imagina a Dios "como habitualmente se lo imagina la gente". "Creo que hay algo que nos trasciende, que es más poderoso que nosotros y que tiene la capacidad de estimular en nosotros sentimientos imprescindibles para el ser humano", afirma. Considera que "la espiritualidad, que está tan denostada" es muy importante, y cree que es necesario que "la gente dedique tiempo a pensar, a reflexionar, a ver lo que hace mal, a ver lo que puede mejorar". "Me da igual que lo haga con el yoga, con pilates o que vaya a misa", reflexiona.
Aunque ya no sea asidua a las homilías, María Jesús Montero sí reza, "si se entiende por rezar en los momentos en los que uno puede recogerse, pensar en lo que hace y cuando hay momentos de dificultad, confiar en que las cosas, si tienen que ser serán". "A mí eso me provoca calma y tranquilidad, además de darme perspectiva. La política necesita perspectiva", concluye.