Para las internas en el Centro Penitenciario de Mujeres de Barcelona, el 8M también es un día especial y de reivindicación. Así se lo ha contado a Jordi Évole y su equipo un grupo de mujeres presas: "Aquí es un día super importante. Nos quedamos en el patio, hay música, estamos todas juntas".
"Es uno de los días que parece que no estás en la cárcel", llegan a decir, aunque matizan: "Luego dicen 'recuento' y se te pasa. Dices: 'Hostia, nos han cerrado...'. Una de ellas afirma que lo vive como "un día especial" por su ideología: "Es un día en el que tú no ganas. Ganan ellos. A nadie le importa cómo te sientes tú, y si te sientes mal para eso está la medicación".
¿Se fija la sociedad en la situación que viven las mujeres presas? ¿Se las tiene en cuenta? Es la pregunta que ha lanzado Jordi Évole. Algunas creen que no: "A no ser que le toque en algún lado, no. Yo vivo aquí, en Barcelona, y no sabía que había una cárcel hasta que entré. Cuando miré por la ventana de la habitación y vi las torres, dije: 'Uy, estoy en el centro'. No tenía conciencia de eso".
Además, continúan, se vive una situación "muy agobiante". Una de ellas explica por qué: "Cuando salgo fuera de permiso me agobian porque preguntan muchas cosas que a ellos no les importa porque tú eres quien paga tu condena". Sus compañeras coinciden: "Me enfado con mis colegas porque me preguntan: '¿Es tipo 'Vis a vis'? ¿Alguna chica ha matado a alguien ahí dentro?'. ¿Cómo eres tan morboso? Yo lo paso mal. Estoy presa, tío. Pregúntame cómo me siento".
Las reclusas también han destacado que aprenden "mucho" allí: "Yo he aprendido demasiado. Esto me ha cambiado mi vida". Y han explicado a Évole en qué consisten los cursos y talleres que realizan en prisión, que van desde la costura hasta la informática: "Yo hablé con la directora y le dije: 'Podríamos hacer cursos de otras cosas, lo que sea'".
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