En el recuerdo de España sigue estando Carmina Ordóñez, una de las grandes celebridades de la crónica rosa de nuestro país. Se educó en los últimos años del franquismo y posteriormente protagonizaría múltiples portadas. Fue hija, madre y esposa de toreros. Y su trágica muerte llegó hace 20 años, aunque los motivos no están aún del todo claros.
Carmina, hija del torero Antonio Ordóñez, se crio en el seno de una familia conservadora y afín al régimen franquista. Sin embargo, recibió una educación elitista y liberal en aquella época, en el Liceo Francés. Asimismo, gracias a su padre, se rodeó de figuras como Orson Wells y Ernest Hemingway.
Pero pese a su educación, como confirmó en una entrevista su hijo Francisco, Carmina siempre fue afín al régimen: "Mi madre era falangista, se vestía de falangista y se iba a cantar el Cara al Sol. Mi madre fue Falangista, luego sería de Fuerza Nueva, pero aquello acabó y en mi casa ni se hablaba de política, ni somos políticos".
Pese a su afinidad con el régimen, Carmina se casó tres veces: la primera, en 1973 con el torero Paquirri, quien sería el padre de dos de sus tres hijos, Francisco y Cayetano, ambos toreros. Posteriormente se casaría con Julián Contreras, con quien tendría su tercer hijo, de mismo nombre. Más tarde se casaría con Ernesto Neira.
Carmina Ordóñez se caracterizaba por tener siempre presente su núcleo familiar, pero también por saber sacarle rédito económico, copando las portadas de distintas revistas y rellenando los espacios de distintos programas dedicados a la prensa rosa. "Sigo siendo noticia, porque quizá a la gente le da morbo que me casé tres veces, me he separado, he tenido romances, unos inventados y otros que los he tenido. Tengo tres hijos maravillosos, una nieta divina. He vendido exclusivas, vendo exclusivas y las venderé cuando considere oportuno", declaró en una entrevista en 2002.
El infierno con Neira
El declive de Ordóñez llegaría con el matrimonio con Neira, cuando protagonizó uno de los hitos de su vida. Se convirtió en una de las primeras mujeres, y más de su notoriedad, en denunciar los malos tratos que sufrió por parte de su entonces pareja. De hecho, otro de los problemas de la época era el hecho de que la sociedad española lo entendiese y encontrase apoyos. Uno de ellos fue Lolita, quien llegó a asegurar: "Si me citan, iré a declarar".
Siempre dijo que no llegaría a vivir hasta los 50, y así fue. Tal día como hoy, pero de hace 20 años, fue encontrada sin vida en su bañera a los 49. Una muerte que marcó a buena parte de la sociedad española, y aún hoy sigue siendo una incógnita ya que su cuerpo se encontró en la bañera, con un traumatismo en la cabeza. Sólo sus hijos conocen la versión oficial de los forenses.
Aunque siempre se ha especulado que su adicción a las pastillas pudo ser uno de los detonantes de su muerte. Ella misma relataba en una entrevista: "Lo estoy pasando fatal. De tomar 30 pastillas a tomar tres, como comprenderás me acuesto y me despierto a las siete, leo, escucho música, me vuelvo a dormir y me vuelvo a levantar. Pero tengo que hacerlo y no hay más remedio".
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