Estamos 24 horas del día en casa y aunque intentamos mantener las rutinas, teletrabajamos e intentamos hacer algo de ejercicio, nuestros hábitos alimentarios han podido verse alterados durante la cuarentena.
¿Os suena eso de empezar con una patata frita o unos frutos secos y acabar dándonos el atracón? Estos días, la mayoría de las veces que abrimos la nevera lo hacemos motivados por el miedo, la frustración o la rabia. Pero no es hambre real, es hambre emocional.
Los expertos recomiendan que cada vez que tengamos el impulso de ir a la nevera, nos paremos y nos preguntemos si realmente es una necesidad fisiológica o emocional.
Sí es hambre emocional, es importante identificar esa emoción y dejarla surgir. Después, nos toca tratar de controlar la mente y evitar que los pensamientos nos nublen la cabeza.
Para ello, es buena idea recurrir al papel y al bolígrafo y ponerlos por escrito. Y si no funciona, recurrir a una charla y un poco de agua.
El "robo" por necesidad
Beatriz de Vicente analiza las diferencias entre "saqueos" y "hurtos" durante la DANA: "Se llama estado de necesidad, que es una eximente"
"Una cosa es el expolio y el saqueo" y otra es el "hurto famélico" de llevarte un jamón york o "incluso el estado de necesidad", ha analizado la abogada.