Medio centenar de tumbas han sido profanadas por un grupo de jóvenes en el cementerio de Valdoviño, en A Coruña, con el único objetivo de grabarlo y subirlo a redes sociales. "No son los más listos de la camada", afirma Iñaki López, que también comenta que serán los padres quienes "tendrán que hacerse cargo, porque hablamos de menores".

Beatriz de Vicente, por su parte, explica que los jóvenes se enfrentan a varios delitos de profanación, "uno por cada nicho que han destrozado", que contempla penas de "cinco meses de prisión", si bien considera que los menores no llegarán a entrar en ningún centro de régimen cerrado y que "los padres tendrán que pagar la responsabilidad civil, que no va a ser poca".

"Es vergonzoso", reacciona por su parte Cristina Pardo, que apunta que a estos jóvenes "lo que les habría venido bien es haber pateado sin querer la tumba de alguno de sus familiares, o de un familiar de sus padres, a ver si así aprenden que no se puede ir por la vida así".