Guardar la fruta y la verdura en los lugares correctos de nuestra casa es clave para evitar sustos alimentarios y en nuestro bolsillo. El nutricionista Pablo Ojeda recomienda comprar según el consumo que vayamos a hacer, diciéndonos qué tenemos que hacer con productos como, por ejemplo, los tomates.

Si los tomates todavía están verdes, pueden estar fuera de nuestra nevera hasta que alcancen su color rojo. Si ya están maduros, pueden guardarse en la nevera, pero ojo, no de cualquier manera: separados unos de los otros y en un cajón específico para frutas.

Esto se debe a que la respiración entre frutas y verduras es diferente. Para saber dónde debemos guardar estos productos en casa, Ojeda nos da un sencillo truco: fijarnos dónde están en nuestro supermercado. Si están una zona refrigerada, a la nevera; si por el contrario están en una zona estándar, podremos guardarlas fuera.

Hay excepciones como pueden ser las fresas, las cuales nos recomienda guardar en la nevera. En definitiva, "sentido común". Para las patatas, podemos guardarlas con agua en un recipiente, sin que haga falta taparlas. Para las cebollas, es aconsejable coger papel transparente o de aluminio y dejarla "bien envuelta" antes de meterla en la nevera.