La mujer que denunció que había sido drogada y agredida sexualmente por un compañero de trabajo, durante una convención de una franquicia de Tecnocasa. Y que, posteriormente, fue despedida por contarlo ha decidido hablar con Más Vale Tarde, una vez que ha comenzado el juicio.
María, nombre ficticio, que le ha dado el programa, ha manifestado qué hizo cuando despertó: "Continúo con el plan normal. Preguntar qué estaba pasando, si alguien había visto algo y llegar cuanto antes a mi casa". Después se dirigió al hospital, donde le practicaron un test de drogas, en el que dio positivo en cocaína y benzodiacepinas, que ella había consumido de manera involuntaria.
Además le realizaron un parte de lesiones que es definitivo y que según la joven "ayuda en la causa porque llevaba marcas claras por distintas parte de mi cuerpo". Asimismo, ha comunicado que "no ha tenido acceso a las cámaras del hotel y tampoco sé si había ADN o no". Sin embargo sí que "hayposibilidades de demostrar que fue esa persona".
La víctima también ha querido comentar que, después de lo ocurrido, y debido al efecto de las sustancias estupefacientes: "Hasta hace poco yo no sabía quien era (el agresor). Por lo cual podría preguntar a cualquiera sobre lo que había pasado esta noche, que nadie me iba a decir nada. Y nadie me dijo nada". Advierte que descubrió quién era su agresor "a partir de acordarme de cosas días después, de sus tatuajes, la forma de la cara. Y llamando a un antiguo compañero y preguntándole que si había sido él y me dijo que sí".
Sobre el despido, ha confirmado que "es cierto" que la despidieran después comunicarle a su jefe lo que había ocurrido. Según ha explicado: "Alegaron motivos económicos, que no podían tener a más gente allí en ese momento, y alegaron bajo rendimiento, cuando una semana antes me habían felicitado por mi trabajo". Posteriormente alegaron motivos disciplinarios.
Pero ha querido ratificar que pese a que "en cierto modo se trata de una franquicia de Tecnocasa" pero sí que "tiene que ver con la matriz, porque los dos franquiciados son empleados directos de la sede de Tecnocasa".
Por otra parte, ha sido cuestionada sobre su estado, una vez que ha comenzado el juicio y mientras se mantiene en situación de desempleo: "Mi día a día es una tortura continua, de estar en alerta cada dos por tres. Vigilar todo lo que te tomas, una Coca Cola en la terraza de un bar, una botella de agua tenerla bien cerrada, de todo".
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Algo que ha llamado la atención es que el agresor pidió una orden de alejamiento contra esta mujer, que fue desestimada por el juez. Ella lo ha argumentado: "Los motivos que alegaba es que le había desaparecido un patinete eléctrico de la puerta de un hospital en el que estaba. Y me acusaba a mí cuando yo no sabía donde estaba, ni quería cruzármelo. El juez lo desestimó porque no tiene relación con el caso".