Los juguetes inteligentes son uno de los regalos más aclamados, pero muchos de ellos graban en vídeo, se conectan con nuestros teléfonos móviles o interactúan con nuestras aplicaciones.
Esto provoca que muchos de nuestros datos estén al alcance de cualquiera. Por ejemplo, si un dron va conectado a nuestro teléfono y alguien ha conseguido entrar en él, podría observar las imágenes que estamos captando con el robot.
Otro tipo de juguete inteligente es aquel que conecta con las aplicaciones: uno de los más útiles es un reloj para niños que, gracias a un GPS, nos permite saber la ubicación del pequeño pero, al igual que un dispositivo móvil, podría otorgarle la misma información a personas externas.
También existen los juguetes que reaccionan al sonido: todos ellos captan cualquier sonido que se produzca en el entorno en el que los guardemos, por lo que un hacker podría acceder a la misma información que capta el juguete.
Otros datos que nos indica que un juguete puede estar conectado a Internet son aquellos que especifican que pueden establecer una conexión a la red, un ejemplo podría ser una muñeca que interactua cuando escucha las preguntas de su dueño: para responderlas busca en Internet resultados a las palabras que escucha.
Todos estos juguetes recopilan datos, algunos, de manera legal, explican a través de una política de privacidad en qué funciones se van a usar nuestros datos: para personalizar la experiencia de juego, para mandar publicidad o para venderlos. Pero, además, hay prácticas invisibles dentro de las utilidades otorgadas a nuestra información.
Para evitar poner en riesgo la privacidad de nuestros datos, en Mas Vale Tarde te explicamos cómo poner a salvo la información que recopilan los juguetes inteligentes:
1. Si el objeto tiene contraseña, cámbiala. No se debe dejar la contraseña preestablecida de fábrica ya que es fácilmente hackeable.
2. Actualizar las aplicaciones del móvil, ya que con ellas se renuevan los servicios de seguridad.
3. Los muñecos que no estén en uso deben apagarse totalmente y, preferiblemente, guardarse en un lugar donde no tengan acceso a lo que ocurre en nuestro domicilio.
4. Si decidimos desechar uno de estos muñecos, debemos borrar todos los datos que hayan recopilado.