En 2008, Castedo sustituye al frente de la alcaldía de Alicante a Díaz Alperi. Hasta entonces había sido su concejal de Urbanismo, sustituyendo a Díaz Alperi cuando éste presentó su dimisión.

Ambos están acusados de favorecer a Enrique Ortiz, quien, según la Policía, era el que manejaba realmente los hilos de la política.

Los tres están imputados desde el año 2012 por el Plan General de Ordenación Urbana. Habiendo accedido a los datos de las diligencias policiales y en la instrucción del juez, estos exponen unos resultados sorprendentes.

Por ejemplo, Enrique Ortiz conocía de antemano ese plan de Ordenación Urbana. Incluso, hay un empresario que llega a decir que Ortiz tenía los planos físicamente antes de que fuesen aprobados.

También que Enrique Ortiz habló entonces con el arquitecto encargado de elaborar ese plan. Llegó a decirle que ‘pintase’ unos cuantos terrenos para que fueran de importancia medioambiental y así permutárselos por terrenos de mucho más valor.

La Policía también sospecha que el vehículo ‘Mini’ que conducía la niñera de Sonia Castedo era realmente un regalo de Enrique Ortiz. Una relación, la de ambos, que Castedo ha negado que fuera más allá de una amistad formal.

En cambio, diversas fotos muestran las fiestas a las que acudían ambos y estaban juntos. Fiestas en Andorra o Ibiza, en viajes que presuntamente pagaba Ortiz. En resumen, la Policía ha ido recaudando pruebas abrumadoras de esa relación entre los dos.

Esta misma semana, ha llegado la segunda imputación, con idénticos personajes. En esta ocasión, por el ‘plan Rabasa’, Castedo favoreció descaradamente a su amigo Enrique Ortiz para dar un ‘gran golpe’.

En total, 13.500 viviendas que iban a construirse alrededor de un centro comercial de la compañía ‘Ikea’ que también iba a acabar en terrenos de Ortiz.