El rockero Miguel Ríos considera que la iniciativa de Un día sin música "es una primera opción que defiende la dignidad". Ríos recuerda que en 2005 ya invitó a sus compañeros a iniciar una campaña similar en la etapa del gobierno socialista, pero lo hizo denunciando la piratería que "ya echó a un montón de compañeros a la cola del paro".

"Hoy veo con gran alegría que no hemos tenido que ir a tomar un cursillo acelerado a los altos hornos o a la gente de astilleros para conseguir que haya un día sin música", explica. "Es tan evidente el mal que le hace la ley a la música que todo el mundo se ha puesto de acuerdo", sentencia.

El músico explica que no ha sido moneda de uso corriente la defensa de la cultura en los partidos políticos, aunque "la gente de izquierdas ha tenido una sintonía más cercana a la problemática". "Está bien que en año de elecciones se saquen los problemas a la calle y este es uno de los grandes problemas", cuenta.