El personal sanitario que se encarga de tratar a los enfermos por ébola están en alto riesgo de contagio, por ello tienen unas condiciones laborales un tanto delicadas. "Siempre que hay un protocolo por emergencia como guerra, terremoto o enfermedad, el personal se va relevando porque está sometido a mucha presión. Ahora mismo existe una guerra contra el ébola y otra contra el miedo. Todos tenemos miedo, hay gente que tiene más y otra que tiene miedo a lo desconocido", confiesa Hoyo. "Aunque tengamos la sensación de que se están haciendo las cosas bien siempre queda algo por dentro, ese miedo. Por eso establecemos relevos y programas de comunicación con ellos para ver en qué condiciones están, etc".

"Todos tenemos miedo"

A pesar del alto riesgo que corren los sanitarios, las posibilidades de que un profesional se contagia es prácticamente nula. "El personal sanitario siempre está en alto riesgo de infectarse con el virus del Ébola. El personal internacional que viaja en una epidemia de ébola está especialmente formado para ello y los casos que se producen cuando estás trabajando para ello son prácticamente nulos", afirma el médico.

Las muertes en una epidemia de ébola no sólo se producen por el virus, también interviene en este drama un estigma relacionado con la enfermedad. "Las costumbres de los países africanos infectados y las nuestras son parecidas, lo único es que se expresan de forma diferente. Todo el mundo tiene costumbres. Una familia muy pobre que tiene un familiar afectado por ébola, igual de ese familiar es del que depende la familia. Pero no solo eso, el ébola tiene un estigma social que hace los contactos de los enfermos infectados no sean aceptados por la comunidad, de tal forma que si no te mata el ébola te mata el estigma que te deja la enfermedad".