Con tan solo tres años, este perro de aguas ha participado en la búsqueda de Diana Quer, Gabriel Cruz, Laura Luelmo o Romina Celeste. Con su nariz privilegiada, no hay resto humano que se le resista. Incluso aunque hayan intentado limpiarlo con lejía.

Así lo hizo Bernardo Montoya, el presunto asesino de Laura Luelmo, la joven de 26 años, asesinada en el Campillo, en Huelva, el pasado mes de diciembre, pero Marley estuvo allí, y en la casa del detenido, pegó el hocico a la pared y señaló rastro de la profesora.

Trabaja al milímetro y siempre, cerca de él, está Juan Manuel, su adiestrador. Le ha enseñado desde que tenía apenas tres meses y desde entonces, vive en su casa junto a Elton. Con un olfato único, ha aprendido de los mejores.

Estuvo presente cuando su predecesor marcó el pozo en el que se encontraba Diana Quer y solo dos meses después, en presencia de Elthon, Marley hizo lo mismo en la finca de Rodalquilar, en Almería. Señaló el lugar exacto en el que Ana Julia había enterrado a Gabriel.

Uno de sus últimos servicios ha sido el asesinato de Javier Ardines. En un descampado de Llanes, a pocos metros de la casa del concejal, Marley buscaba el arma del crimen.

Hace tan solo unas semanas, tras las detenciones de los acusados, participó también en los registros de los domicilios y en la inspección de sus vehículos. Lo que encontró fue clave para incriminar a los arrestados.

"A raíz de una sustancia que se encontró en las vallas, el análisis nos dio que era un líquido mezclado con spray pimienta. Una vez que se analizó todo, metimos a los perros el olor de ese spray para detectar en los registros esa misma sustancia", explica Juan Manuel, adiestrador de Marley y miembro de la Guardia Civil.