Rafael lleva más dos años sin ver a su hijo, y hacerlo público es su último recurso. Su expareja se lo llevó en diciembre de 2016 y ahora no sabe ni dónde está, ni si, a sus once años, Samuel está escolarizado.
Es la historia de Rafael. Tras separse de su pareja en 2010, ella se quedó con el niño, y poco a poco le fue separando del padre: incumplió las visitas pactadas y las boicoteó. Así, hasta que Rafael no pudo más: la demandó en mayo de 2012, pero en el juicio, ella lanzó otro órdago acusándole de abusar sexualmente de su hijo.
Rafael ha tenido que tirar de psicólogos, asistentes sociales y hasta peritos para negar esos abusos. Mientras su mujer, en paralelo, intentaba demostrar lo contrario, sin convencer a los jueces, que en cuatro ocasiones archivaron la causa. No ve a su hijo desde 2016, y desde junio de 2018, la madre está en busca y captura. Son ya ocho meses sin noticias de ella y ni de su hijo.