Djilali Benatia, uno de los sicarios argelinos detenidos por el asesinato del concejal de Llanes, Javier Ardines, ha confesado en su declaración ante el juez que le pagaron 25.000 euros a repartir entre los dos autores materiales.
El sicario ha señalado que el encargo de "darle un susto" vino de Jesús, el intermediario entre Pero Nieva y ellos. En este sentido, ha contado que el encargo era "asaltar al concejal, darle una paliza y huir sin dejar rastro" e insiste en que lo dejó con vida.
Aunque ahora sabemos que nada fue del todo así. Ni Ardines sobrevivió al golpe que le dieron en la cabeza, ni los sicarios se fueron sin dejar huella. El espray pimienta que utilizaron para reducir al concejal apareció en la valla colocada en la escena del crimen y, lo que es más importante, en la casa de Erandio y en el coche del presunto ejecutor.