Tras el grave ataque que ha sufrido un vecino de O Vicedo, en Lugo, por parte de una carabela portuguesa, Más Vale Tarde conecta con Ramsés Martí, experto en seguridad acuática. Como expone, el peligro de esta falsa medusa "no es que tenga una toxina extremadamente dolorosa en sí, sino es el hecho de la extensión que puede llegar a tener el contacto con ella".

"Los tentáculos pueden llegar a tener hasta 30 metros y no los vemos mientras nadamos, quedamos enganchados en ellos y nos van inoculando esa toxina que produce un dolor tremendo que paraliza", explica Martí, "estando en el agua puede comportar que no podamos salir".

El experto recomienda que, ante la picadura de la carabela, se intente mantener la calma y mantenerse a flote. Ramsés hace hincapié en la necesidad de llevar algún elemento de flotación ya que es algo que, por ejemplo, salvó al vecino de Lugo que sufrió ese ataque.

Algo también muy importante es retirar los tentáculos adheridos a la piel. Para hacerlo no se deben usar las manos desnudas sino que se debe utilizar guantes o, en todo caso, un cartón, una concha o una tarjeta de crédito. Además, se debe lavar la zona pero no utilizar nunca agua dulce debido a que esta puede provocar que se revienten más células urticantes y haga más daño.