La autopista de circunvalación de la M-40 en Madrid, tiene 62 kilómetros y está así: a oscuras. No es que se hayan fundido las bombillas, es que el ministerio de Fomento las tiene apagadas. Pero esto no sólo pasa en la capital, es un problema a nivel nacional. Forma parte de la puesta en marcha en 2011 de su plan de eficiencia energética, que traducido viene a ser: apagar las farolas para ahorrar en el recibo de la luz.

Y deben haberlo notado, aunque no nos dan los datos del ahorro, porque en los últimos 3 años en Madrid han apagado 100 kilómetros de las carreteras de la red nacional. Los conductores sí lo notan.

El ministerio ha dejado sin luz el 25% de las carreteras de su competencia,  desde fomento nos dicen, que la iluminación de las carreteras no es obligatorio con la normativa en vigor, salvo en túneles.

Sin embargo, las asociaciones de automovilistas no entienden los apagones para ahorrar. Aseguran que sin luz los conductores pierden un 70% de su agudeza visual con los riesgos de accidentes que conlleva.

Además el ministerio asegura que en algunas zonas la falta de luz es consecuencia del robo de cobre. Eso sucede también en la M-40 y en tramos de la Autovía 3 dirección al poblado chabolista de Cañada Real. No se repone el cableado porque el tramo se lo disputa el ministerio de Fomento con el Ayuntamiento de Madrid. Ninguno se hace cargo de él, y el uno por el otro, las farolas sin reponer.

Según las asociaciones el 52% de los accidentes mortales en carretera se produce por la noche, por eso exigen la iluminación en todas las vías. Creen que una vida vale más que la factura de la luz.