La resaca de la investidura de Salvador Illa como nuevo president de la Generalitat, con la sombra de Puigdemont sobrevolando el pleno y con su fuga consumada, está siendo dura. De hecho, durante el pleno cuando fue nombrado el expresident, que no votó, tan sólo los diputados de Junts aplaudieron.
Una realidad que Gonzalo Miró ha querido destacar: "La realidad es que entre independentistas no se pueden ni ver, se odian, no se soportan".