Dependencia energética de Rusia

La guerra energética: ¿qué efecto tiene bajar un grado la calefacción en Europa Central para el gas ruso?

En plena guerra de Ucrania, los líderes europeos buscan alternativas para no depender tanto del gas, el carbón y el petróleo rusos. A corto plazo, sin embargo, no puede prescindir de ellos.

Josep Borrell pedía este miércoles ahorrar gas para no tener que importar tanto de Rusia, una petición que, según aclaraba en El Objetivo, no iba dirigida a los españoles -que no consumen gas ruso-, sino al resto de Europa.

El pasado mes de octubre, Protección Civil de Alemania ya difundió una campaña en la que mostraba a una mujer que tenía que hacer frente a un hipotético corte de suministros a raíz del incremento en los precios de la luz. Un escenario que ahora podría estar más cercano.

Y es que el centro de Europa depende en gran medida del gas ruso, entre un 40 y un 100% en algunas ciudades. En este sentido, Borrell afirmaba que "tenemos que dejar de pagar al señor Putin los aproximadamente 700 millones de euros que le pagamos cada día por el gas, por el petróleo y por el carbón", un dinero con el está financiando la guerra en Ucrania.

Por su parte, Putin amenaza con expropiar los activos de las empresas que se vayan de Rusia y dice que está cumpliendo con todas sus obligaciones en el suministro de energía. Sobre la recomendación de bajar un grado la calefacción, ha hecho este comentario: "Exhortan a sus ciudadanos a apretarse el cinturón, a vestirse más abrigados, y señalan las sanciones que nos han impuesto como una razón del deterioro de su situación".

Pero, ¿qué efecto tiene bajar un grado la calefacción en el centro de Europa? Bajar de 21 grados a 20 grados tiene un efecto de ahorro del 6,5% del gas ruso que llega al centro de Europa y un ahorro de 10.000 millones de metros cúbicos de gas.

Desde Alemania, el mensaje que se transmite es que si se prohíbe la importación de petróleo y gas ruso, en unos días se pararía el país. Las alternativas a medio o largo plazo para sustituir el gas ruso serían el gas licuado de EEUU o Catar, reactivar las centrales nucleares (en Alemania solo quedan dos que está previsto cerrar a final de año) o el hidrógeno. Sin embargo, a corto plazo Europa central no puede prescindir de ese gas.

Los líderes europeos se han reunido este jueves en Versalles donde han estudiado opciones para rebajar la dependencia del gas ruso. Allí, Pedro Sánchez ha propuesto que España sea una alternativa al suministro de gas en el centro de Europa. "Podríamos contribuir a esa autonomía energética" y a la "necesidad de diversificar fuentes de energía" para que los países no dependan tanto de Rusia, ha defendido.

Mientras tanto, las temperaturas en Europa Central son aún bastante bajas, aunque la primavera está a punto de llegar. En todo caso, los cortes en el suministro de gas en todo el centro de Europa serían efectivos de cara al próximo invierno.

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