La torrija tradicional aporta alrededor de 250 kilocalorías (equivalente a una rosquilla y media), 12 gramos de azúcar (equivalente a 18 gominolas), 30 gramos de grasa (equivalente a siete lonchas de bacon) y 170 miligramos de colesterol (equivalente a siete rodajas de queso).
El consumo de torrijas no está desaconsejado si son dos o tres en toda la Semana Santa. Lo que se vende como 'torrija light' no obedece a la realidad: sobran calorías, azúcar y grasas. Para que un alimento sea 'light' debe recudir un 30% el aporte de calorías u otros nutrientes.
En el caso de las torrijas, tendría que pasar a aportar 170 kilocalorías, bajar las grasas a 21 gramos y el azúcar a 8,5 gramos.
La torrija está compuesta por pan mojado con leche, azúcar, canela, pasado por huevo, frito y espolvoreado. Dependiendo de la receta que se lleva a cabo, el valor nutricional puede variar.
Si queremos conseguir una torrija verdaderamente 'light' -con menos de 175 kilocalorías-, hay que seguir estos pasos: lo primero es preparar la infusión de leche desnatada, a la que podemos añadir canela, piel de limón y una vaina de vainilla.
Se preparará a fuego bajo para evitar quemar la leche y, antes de que rompa a hervir, la quitamos del fuego y la dejamos que se enfríe con todo dentro.
Después, colocamos pan de centeno en una bandeja y, con una cuchara, lo vamos bañando con la leche hasta que la absorba completamente, esperando 15 minutos. El paso definitivo es "pintar" el pan con un huevo batido y freírlas a la plancha, evitando aceite abundante.