En Santisteban del Puerto, una comarca de Jaén, los vecinos se han quejado de que se ha detectado agua no potable en los grifos de sus hogares. “Desde que nos hemos enterado todos los vecinos hemos ido en busca de agua”, explica una de las vecinas del pueblo.

No saben cuándo volverán a beber agua de sus grifos. “Se ha activado un protocolo de prevención para evitar el consumo de esta agua en la población”, afirma el alcalde de Santisteban del Puerto, Juan Diego Requena.

Una situación que afecta a 20.000 vecinos de trece municipios. Y todo se debe a una concentración elevada de trihalometanos, un componente del agua que aparece al potabilizarla. “No es un producto tóxico, pero no se recomienda beber sistemáticamente agua, por encima de unos valores determinados”, asegura Juan Saura, director técnico de la Confederación del Guadalquivir.

La Junta de Andalucía afirma que el agua no es apta para beber ni para cocinar, aunque si para la higiene personal. Los vecinos, preocupados, se enteraban por medio de unos carteles. Pero aclaran que esta sustancia química puede provocar daños a la salud solo si se ingiere en grandes cantidades y a largo plazo. “Existen estudios en animales probados, pero no en humanos”, sostiene Francisco Hierro, del laboratorio de análisis AGRAMA.

La entidad gestora del tratamiento del agua en la zona ha puesto en marcha medidas correctoras que vuelvan a hacerla potable. Hasta entonces los vecinos afectados tendrán que tirar del supermercado y de los camiones cisterna habilitados.